El tercer lugar que visité en mis vacaciones alemanas fue Múnich, o München en alemán. Lo cierto es que esta importante ciudad, capital de Baviera (o Bayern, como os sonará más a algunos) la conocía de oídas, pero si me dices Alemania lo primero que me hubiera venido a la cabeza era “Berlín”, con su puerta de Brandemburgo y otros monumentos importantes. Sin embargo, y me avergüenza un poco decirlo, de Munich no sabría deciros nada. Pero eso ha cambiado, y después de la visita que he hecho este verano me ha parecido una ciudad súper interesante y que, ojalá, pueda visitar en el futuro y conocer más a fondo.
Neues Rathaus, Múnich
Como os decía en el post introductorio de la ruta alemana, cuando estuve en Múnich hice una visita guiada con
New Europe Tours. ¿Qué tiene de particular esta empresa de visitas turísticas para que le haga "publicidad"? No, no trabajo para ellos ni me llevo un céntimo por decirlo, simplemente creo que merece la pena. Hay visitas en español,
los guías son geniales, muy divertidos y te explican todo muy bien, al menos los que nos hicieron la visita cuando estuve. Además, algo que me pareció peculiar es que
no te cobran nada por la visita, solo lo que tú quieras darles, y la verdad, se ganan “la voluntad” :)
Ahora sí, comenzamos. Ver Múnich bajo una fina capa de lluvia es espectacular. Le da un halo de no sé qué a la ciudad, que al principio puede ser un poco incómodo pero al que acabas acostumbrándote. Así es como llegué allí, y uno de los primeros sitios que vi fue
Marienplatz, donde está el
Neues Rathaus. Me pareció un edificio impresionante, algo siniestro incluso por la noche. Me chocó que es el Nuevo Ayuntamiento, ya que justo al lado está el antiguo y por el aspecto parece mucho más nuevo. Lástima que no pudiera fotografiarlo para que pudierais compararlos, es que estaba en obras. Pero podéis buscarlo en Google y veréis como tengo razón. Otro de los atractivos de Marienplatz es la
columna de María.
Carrillón del Neues Rathaus, Múnich
El Neues Rathaus tiene un pequeño secreto: un carillón que podemos oír y ver (ya que se mueven los personajes) a las 11, 12 y 17 horas. El glockenspiel se divide en dos partes; la de arriba, narra el torneo entre dos caballeros en honor a una boda real; la parte inferior hace referencia a la fiesta de la cerveza y a la danza que bailaban los toneleros.
Fischbrunnen
En un lado de la plaza está la
Fischbrunnen –la Fuente de los Peces-, utilizada antiguamente para mantener vivo el pescado durante los mercados medievales. Ahora está la creencia de que, si metes el monedero en ella el miércoles de ceniza, siempre estará lleno.
La ciudad de Múnich tiene dos símbolos, los cuales podrás ver por sus calles en diversos monumentos, edificios, souvenirs… Uno de ellos es el monje, y el motivo de que simbolice a München es que el nombre proviene de munichen, una palabra medieval que significa monjes.
El monje es uno de los símbolos de Múnich
El segundo es un león, en honor al fundador de la ciudad Enrique de León. Podemos encontrar leones apostados en la entrada de Feldherrnhalle (ambos casi iguales, con la única diferencia de que uno tiene la boca abierta y la otra cerrada) o de Residenzstrasse. Los cuatro leones que se sitúan en frente de la Theatinerkirche tienen una “leyenda”: si no me falla la memoria (y si lo hace, que alguien me corrija) si tocas uno, volverás a Múnich; si tocas dos, puedes pedir un deseo, y si tocas tres tendrás buena suerte. Pero no toques el cuarto… Sino, nada de lo anterior ocurrirá y tendrás mala suerte.
Feldhernhalle
Y esta leyenda de los leones no es la única. Si pasáis a Frauenkirche, podréis ver la “huella del diablo” (yo no tuve el placer, ya que la iglesia estaba cerrada cuando pasé). Cuentan las leyendas que el diablo hizo un trato con el constructor o el arquitecto de la iglesia para que ésta no tuviera ventanas; sin embargo, las ventanas fueron colocadas estratégicamente para que el diablo no las viera, y cuando lo descubrió ya era demasiado tarde. Por ello, se marchó enfadado, dejando su huella en la Iglesia. Lo cierto es que se construyó muy rápido, en tan solo veinte años y gastó unas nueve veces el presupuesto de la ciudad.
Frauenkirche
No podía faltar una referencia a lo musical en este post. En este caso os contaré una curiosidad sobre la
Ópera de Múnich . La más famosa suele ser la de Viena, pero los alemanes, con su afán de superación, decidieron que la suya tendría, al menos, más capacidad. Por eso vieron que la de Viena tenía 2.100 asientos y, ni cortos ni perezosos, construyeron la suya con capacidad para 2.101 personas. Parece de broma, ¿verdad? No estoy segura al 100% del número de asientos, esto es lo que he encontrado indagando por internet. Pero vamos, que un asiento más tiene, eso seguro.
Para no alargar mucho más este post, hay una
segunda parte, donde hablaré de cerveza, comida y otras curiosidades
munichenses.
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