Sé que algunos me criticaréis por hablar de
Marina D’Or en un blog de viajes (lo siento Antonio, si por alguien me duele
haberlo visitado ha sido por ti), pero al
igual que hablamos de otros alojamientos, pues por qué no de este.
Nunca me había planteado ir allí de
vacaciones, quizás porque se me va un poco de presupuesto. Pero desde Marina
D’Or me propusieron probar las instalaciones un fin de
semana y me pareció una buena oportunidad para hablar de la ciudad de vacaciones por excelencia en primera persona. Bueno, por
eso y porque me venía bien un fin de semana relajante antes de empezar la
vorágine de exámenes y pruebas de toda clase que conlleva el fin de curso :)
DÓNDE ESTÁ
Está situado al lado de Oropesa del Mar, es un complejo totalmente independiente. Vamos,
que cuando dicen eso de “Ciudad de vacaciones” tiene toda la razón, es como una
ciudad.
Para llegar lo mejor es consultar la web
porque vienen los diferentes medios de transporte. Lo más sencillo sin duda es
ir en coche, ya que sino te tocará llegar a Oropesa del Mar y luego coger algún
autobús, transfer o taxi para llegar hasta Marina D’Or. Ojo, porque se está
habilitando la zona azul (estacionamiento regulado) así que en breve será un
poco más difícil aparcar por algunas zonas.
INSTALACIONES
Yo estuve alojada en el Hotel 5* y es del que voy a hacer la ficha, aunque pude ver otros
alojamientos de 4* y los apartamentos.
Habitaciones: las de matrimonio están
bastante bien. No me pareció especialmente grande (vamos, un tamaño normal)
pero la cama es de las más cómodas que he probado y tenía una terracita con
unas magníficas vistas al mar. Así
que… ¡para qué más!
Baño: completísimo, con bañera de
hidromasaje (que no probé, ahora entenderéis por qué), secador de pelo y un set
de jaboncitos que incluía hasta acondicionador para el pelo. Casi lloro de la
emoción cuando lo vi, porque yo me había olvidado el mío en casa y se me iban a
quedar unos pelos… Lo que me gustó mucho es que el váter está separado de la
ducha, cosa bastante útil para ahorrar tiempo en el aseo.
Zonas recreativas:
Aunque Marina D’Or tiene muchas más zonas
recreativas, yo os voy a hablar un poco más de las
zonas que visité (¡no muchas pero no tuve tiempo de más en un fin de semana!).
--> Balneario: ufff. Qué maravilla. No os voy
a contar la parte “técnica” que seguro que habéis oído/leído un millón de veces.
Si te alojas en el 5* puedes acceder directamente en albornoz y zapatillas –al
principio te da corte, luego ya como Pedro por su casa- pero también se puede
contratar un bono para el balneario totalmente ajeno al alojamiento. Piscinas
con diversos chorros, saunas, termas romanas, pediluvio… Eso es un poco más
típico, digamos. Sin embargo en el Balneario
de Marina D’Or también puedes disfrutar de cosas tan curiosas como un baño
de pomelos, una cabina de hielo (no es para tanto, ¡yo sobreviví a ella!) y
unos espectaculares jacuzzis a diferentes alturas, entre otras cosas.
Si tienes pase para la zona VIP podrás acceder a un baño de barro, de leche (¡leche!) y
unos jacuzzis al aire libre. Estos también los probé a pesar del fresquito, se
estaba de maravilla.
Y claro, después de tanto chorro y tanto
jacuzzi, cuando llegué a la habitación la bañera con hidromasaje no me hacía
falta jejeje.
--> Playas: no hizo tiempo playero, aún
así nos aventuramos con nuestro bañador a tomar un rato el sol. Aviso
para navegantes: aunque a lo largo de los 2km de playas hay alguna zona
de arena, en general son pedregosas, así que llevad calzado adecuado para no
dañaros los pies porque en temporada alta no creo que podáis elegir si queréis
arena o piedra jejeje.
--> Masajes: puedes contratar un montón de
masajes. Yo probé el de chocolate y además de salir súper relajada olía tan
bien que me hubiera dado un bocado a mí misma.
--> Jardín Marina D’Or: es un recinto situado al lado
de la playa en el que destaca su decoración a base de mosaicos, un poco
parecida a la del Parque Güell. Son ideales para dar un paseo a cualquier hora
del día o de la noche, contemplar los patos, los peces (que los había que
parecían tiburones) y los pavos reales. Eso sí, los pavos
reales preciosos… Pero son escandalosos de narices. Pegaban unos chillidos que
se les oía desde la habitación O_O (la mía estaba en la 9ª planta pero cerca de
los jardines).
--> Jardín encantado: yo estaba preocupada porque el
cielo amenazaba lluvia, pero tranquilos: aunque diluvie podréis visitarlo
porque está cubierto. Está más orientado a los niños (con árboles que hablan y
personajes de cuento) pero para dar un paseo en pareja está bien. Merece la pena
ver la cantidad de flores que hay (por cierto, cultivadas todas en invernadero
propio) y al final de la visita hay un espectáculo de danza y acrobacias que me
pareció una chulada.
--> Comida: la pensión completa en el 5*
incluía el buffet libre. Muy variado y selecto, destacaría que a diferencia de
otros hoteles y restaurantes la comida está “bien señalizada”, cosa de
agradecer para los alérgicos como yo. Y sino siempre había alguien que te
resolviera la duda de qué era tal o cual salsa :)
Otra cosa que resaltaría es el buffet para niños, que me pareció un
gran acierto y una monada. Era bajito para que los nenes se sirvan solos y
tenía comidas menos refinadas, tipo hamburguesas, salchichas o macarrones.
Confieso que una hamburguesa de ese buffet cayó en mi plato jejeje.
OTROS ALOJAMIENTOS
Como os he dicho pude ver los apartamentos
del Edificio El Cano y del Hotel Gran Duque 4*, ya que quería que este post
fuera lo más completo posible. Si tu presupuesto no da para el 5* cualquiera de
las otras opciones es buena, las habitaciones están bien equipadas y son
amplias. El buffet más de lo mismo, la comida es igual lo único que cambia es
el servicio (no te sirven la bebida en la mesa por ejemplo). ¡Minucias!
PRECIOS
Comparándolo con otros hoteles, en realidad no
es tan caro el 5* (aunque a mí se me iría de presupuesto igualmente). Por
ejemplo, a nosotros nos hubiera costado 120€ por persona y noche en pensión
completa, que incluye las comidas en buffet libre con bebidas y además la
entrada a la zona lúdica del balneario. No está mal teniendo en cuenta que
alguna vez he visto hoteles normales por los 120€ la noche en AD. El resto de hoteles y apartamentos tampoco
son taaan caros como imaginaba, la verdad.
VALORACIÓN PERSONAL
Le doy un 9/10. El trato ha sido muy bueno, las instalaciones
están muy cuidadas, limpias, bien equipadas y son bonitas. Le quito ese
punto por varias razones:
- La iluminación que hay en las
calles de al lado del 5* es un poco de feria y está encendida toda la noche, al
menos el sábado… Por lo que si te gusta dormir con las cortinas un poco
abiertas te entrará la luz azulada durante toda la noche, es un poco latoso.
- Porque llegar hasta Marina D’Or
lo veo un poco pesado si no tienes coche.
- Porque no me gustan las canciones
pegadizas de Marina D’Or que suenan
a todas horas de vez en cuando mientras comes o bajas
en el ascensor… Sospecho que deben tener algún efecto subliminal adictivo y que
seguramente para agosto quiera volver allí otra vez jajaja.
Por lo demás es un sitio muy bueno para relajarse unos días, bien en pareja bien en
familia o con los amigos, ya que hay ocio de todo tipo y para todas las
edades (discotecas, ludotecas, parques acuáticos, parques, balnearios…). Yo por
mi parte recordaré con cariño este fin de semana en Marina D’Or, oyendo chillar
al pavo desde la habitación, bajando en albornoz al spa y poniéndome hasta
arriba en el buffet libre. ¡Ha sido toda una experiencia!
Como diría un amigo mío, a nadie
le amarga un dulce, y aunque yo no soy muy amiga de este tipo de complejos
turísticos (prefiero un sencillo apartamento en un pueblo de verdad y patearme
los alrededores)
una vez al año en un
sitio de estos no hace daño. Es más, ¡hasta relaja! :)
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