Un primer paseo por Noja

23 noviembre 2013

Ya quedaban pocas horas de luz y aún queríamos visitar Noja. ¿Qué había allí? No lo sabíamos bien, pero pronto lo descubriríamos. Llegamos y nos invadió su ambiente fiestero, tenían la verbena montada y las calles estaban llenas de gente (no sé qué festividad sería porque era mediados de agosto y no viene esa fecha en la web de turismo)

Aún así, conseguimos aparcar bastante céntrico y nos dirigimos –cómo no- a la oficina de turismo. Allí, además de un plano vimos que había una APP de Noja Turismo y me la descargué. Me pareció una cosa bastante interesante, yo es la primera vez que la veía. Lo sé, soy una viajera inexperta y estas cosas me parecen nuevas :)

Plano en mano y APP en móvil, nos dimos una vuelta. En pleno centro encontramos la Iglesia de San Pedro, que pudimos ver por dentro y por fuera porque estaban en misa y se nos permitió asomar la cabecita al interior. A esta iglesia, construida sobre un monasterio del año 1000 se la llama también el Faro de Noja, ya que la torre está construida para que la vieran los marineros desde el mar.



Como era tarde (os recuerdo que ese día visitamos Castro Urdiales, Laredo y Santoña) lo de visitar museos y otros monumentos lo teníamos complicado. Aún así tuvimos suerte y pasamos al Palacio de los Marqueses de Albaicin, de acceso gratuito. Estuvimos paseando por los jardines y pasamos al interior de la casa, donde había una exposición de cuadros. Si querías visitar la casa sí costaba dinero, por lo que decidimos dejarlo para futuras ocasiones. En el jardín había un pequeño estanque, una bolera al estilo cántabro y una exposición de bonsáis.





Cuando salimos barajamos las opciones que teníamos: ver los monumentos a carreras desde fuera o hacer una ruta en la playa, aprovechando los últimos rayos de sol. Optamos por esta última y fue una decisión muy acertada :)

Como os digo era tarde y no pudimos hacerla completa, pero optamos por una facilita y con buenas vistas, la Ruta de la Costa (3 km.). Para hacerla nos pusimos las chanclas de playa, porque la mayoría del camino iba a ser por arena y nos resultaba más cómodo así. Disfrutamos del atardecer paseando por las calas y playas de Noja.


En el camino encontramos una construcción de la Guerra Civil, una casamata, y también hay viveros de marisco y algún cañón militar pero esos no los vimos. La noche se nos echó encima y regresamos a Torrelavega, donde estábamos alojados.


Fue una breve visita a Noja pero me gustó mucho. Me he quedado con ganas de ver todo lo que me falta y de ir preparada para realizar alguna de esas rutas en condiciones.

En su mayoría son rutas naturales pero además está la Ruta de las Casonas (unos 2 km. aproximadamente), que recorre el Palacio del Marqués de Velasco, el de Albaicín y diversas casonas como la de Assas o Arnaiz.


Me gustaría saber si vosotros habéis ido a Noja, qué os parece, qué visteis, si no la conocíais, si tenéis pensado ir próximamente… Os animo a comentar y a contarme vuestra opinión :)


¡Hasta la próxima viajeros! 

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Santoña, de ruta por el Fuerte de San Martín

17 noviembre 2013

¿Qué es lo primero que se os viene a la cabeza si digo Santoña? Debe ser que yo tengo fijación con la comida (como con las berenjenas de Almagro) porque a mí… ¡me recuerda a las anchoas!


Dejando a un lado las anchoas, vamos a ver qué más hay en la villa marinera de Santoña. Para empezar, si vienes desde Laredo vas contemplando las marismas a los lados de la carretera. Esto es un parque natural que abarca unas 4.000 hectáreas y donde podemos observar unas 120 especies animales, aves en su mayoría. Yo solo lo vi de paso en el coche, por lo que no pude apreciar esta diversidad animal.


Llegamos al pueblo y aparcamos al lado del puerto. El Paseo de los Salazoneros Italianos es el camino que discurre al lado del puerto y donde hay un mirador muy chulo construido como si fuera la proa de un barco. En uno de los extremos del paseo está la plaza de toros (inaugurada en 1907), que tampoco me llamó excesivamente la atención.


Cogimos de nuevo el coche y fuimos hacia la zona de playa. Por ahí era más difícil aparcar pero lo conseguimos. Intenté encontrar la oficina de turismo pero no lo conseguí, no venía muy bien indicada en los carteles y a la gente que pregunté no me supo decir. Así que fuimos dando un paseo a ver qué descubríamos.


Así llegamos al Monte Buciero, donde hay unas cuantas sendas para hacer. Nosotros optamos por subir al Fuerte de San Martín. Esta fortaleza fue construida en el siglo XVII, o al menos la primera mención es de ese siglo. Después ha sido reconstruido en varias ocasiones y ahora se conserva bastante bien. Es posible pasear por caminos del fuerte y por el interior, e imaginar los ataques que se planeaban y/o evitaban desde allí.





El Fuerte de San Martín no es el único que se conserva en Santoña: también está el de San Carlos (el más antiguo de la localidad) y el de Napoleón, cuya construcción fue dirigida por el mismísimo emperador francés. Los tres fuertes ostentan el título de Bien de Interés Cultural.

En la subida por el fuerte de San Martín encontramos una virgen en lo alto de la montaña. Con unos 10 metros de altura se alza imponente una estatua de la Virgen del Puerto, patrona de la ciudad. A ella se la dedica el 7 de septiembre una procesión por la villa santoñesa.



Esta es la parte más “natural” de Santoña. Pero si sois más de ver monumentos también tenéis alguno. Por ejemplo el Palacio del Duque de Santoña, un edificio del siglo XIX que no vi y donde en su interior se encuentra (¡tachán!) la Oficina de Turismo. Otro Palacio es el de los Marqueses de Chiloeches, un par de siglos más antiguo que el del Duque y que fue hospital militar durante la guerra civil.

Antes de acabar mi post sobre esta localidad cántabra os contaré una curiosidad. ¿Sabíais que el primer hombre que realizó un mapamundi es de Santoña? Pues sí, se llama Juan de la Cosa y en 1500 dibujó sobre un pergamino la representación más antigua que hoy se conserva del continente americano.

Con esto y un bizcocho, hasta otro día a las ocho. Espero que no pase tanto tiempo entre post y post que os echo de menos.


¡Un saludo viajeros!

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Laredo: rabas, playas y paseos

02 noviembre 2013

Abandonábamos Castro Urdiales sobre las 14,30 h., con el estómago rugiendo pero con ganas de comer en Laredo, nuestra próxima parada. Cristina, del blog Viaja en mi mochila, me había recomendado comer unas rabas en su tierra y no podía dejar pasar la oportunidad :)

Después de pasar por un bar donde nos hicieron esperar 15 minutos para nada, solo nos decían “ahora mismo preparamos la mesa”, acabamos en la Bodega el Mariscal, un sitio que estaba bastante bien.


Con la tripa llena fuimos a por un plano a la Oficina de Turismo y nos dijo que había un par de visitas guiadas gratuitas: la Ruta 1, por el Laredo Monumental y la Ruta 2 por el Laredo Natural. Ambas me llamaron la atención pero queríamos ver más sitios ese día y si nos apuntábamos no nos daría tiempo. Para otra vez será.

Miramos el mapa turístico y nos montamos la visita por nuestra cuenta. Lo primero que hicimos fue buscar el Túnel, un pasadizo que nos lleva atravesando la montaña hasta el Canto de Laredo, una calita donde hacía un viento que te llevaba volando.



Después de ventilarnos en el Canto de Laredo, volvemos a atravesar el túnel y vamos a donde está el ascenso a la Atalaya, donde está el Complejo Fortificado de El Rastrillar. A mí eso de complejo fortificado con miradores naturales me sonaba genial, y de hecho fue un paseo agradable, pero me esperaba otra cosa. Los miradores no son muy espectaculares, y de los polvorines y baterías no se conserva más que el hueco donde estaban emplazados.




Cuando se acabó la ruta (sencilla y agradable, para toda la familia) bajamos y pasamos a ver la iglesia de Santa María de La Asunción, que costaba 1 euro. La iglesia fue construida en el siglo XIII y es la principal de Laredo, con unos 1.500 m. de planta más 500 m. de la sacristía, ¡casi ! Confieso que me gustó más la iglesia de Castro Urdiales, y que además fue gratis.


Como os he dicho, Santa María de la Asunción es la principal iglesia… Pero no la más antigua. Ese título se la lleva la Iglesia de San Martín, de 1068. En cuanto a edificios religiosos, nos quedaría por ver el Convento de San Francisco, del que solo pude contemplar la entrada.

¿Qué más tenemos en Laredo? Por toda la villa marinera encontramos casonas y palacios como el de José de Zarauz, de Felipe Manuel de la Mar Libarona o de la familia Gutiérrez Carriazo, personajes ilustres que vivieron allí (por ejemplo, uno de la familia Gutiérrez fue caballero de Santiago).


Hablando de personajes importantes, la villa dedica un centro temático cultural y una escultura al Emperador Carlos V, que en 1556 desembarcó en Laredo para iniciar su camino hacia el Monasterio de Yuste, donde pasó sus últimos días. El precio de la visita al centro de interpretación es de 1€. Además, desde 1999 tiene lugar la fiesta de Carlos V, donde se escenifica el último desembarco y Laredo se transporta al siglo XVI.


Sí, sí, ya voy… Que estoy hablando de fiestas y la que tú quieres saber es la de la Batalla de Flores, ¿verdad? Yo no tuve la suerte de presenciarla porque para entonces yo ya estaba de nuevo en Madrid, pero es una de las fiestas más espectaculares de la zona. De gran atractivo turístico, esta particular batalla tiene lugar el último viernes de agosto y durante horas, las carrozas desfilan mostrando su belleza floral. Como os digo, yo no la pude ver y me tuve que conformar con cotillear la exposición que tenían en el Ayuntamiento :)


En definitiva, merece la pena dedicar al menos un día a Laredo, mejor si es un fin de semana. Así, además de visitar todo lo que os he contado –y más cosas que me dejo por el camino, seguro-, podréis disfrutar de los casi 9 km. de playas de la ciudad cántabra. Y para despedirme hasta el próximo post, os dejo con una foto tomada desde el Mirador del Hotel El Risco (recomendación de Cristina, gracias de nuevo). ¡Nos leemos!


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